La Historia de la Higuera
Una casa con historia
Principios del siglo XX. Una familia que llega de Barco de Ávila y en este llano, sobre El Castañar, encuentra el lugar perfecto para establecerse. Construyeron una hacienda con animales de granja y labranza en la que vivieron con sus tres hijos. La casa principal sería para el mayor y para los otros dos construyeron dos casas gemelas en una finca «un poco más abajo». Una de ellas (la de Rufino) es la actual Higuera de Llano Alto.
Allí vivió la siguiente generación. Rufino murió joven y al frente de todo aquello se quedó la Sra. Marcelina (con ese nombre la recordamos). Era una mujer fuerte y valiente, ella sola al frente de la casa, los animales, los campos de trigo y cebada, los hijos …. Marcelina vivió allí toda su vida.
Tenía vacas de leche, cerdos y gallinas. Llevaban el trigo y la cebada al molino del Navazo para obtener harina. Los frutales que hay ahora en la finca los debió de plantar ella. Y después de todo este trabajo .. tenía tiempo de hacer bolillos y de tocar el acordeón.
Cuando en los años 30 inaguraron el Sanatorio para niños tuberculosos de Llano Alto (el actual Albergue Juvenil), Marcelina y su marido hospedaban a familiares que iban allí a ver a sus hijos, les daban de comer y guardaban a sus animales.
Nosotros
No somos de allí pero para nosotros es «nuestro pueblo». El pueblo de nuestra familia.
Siempre que hablamos de nuestra infancia, hablamos de Candelario. Las tardes jugando en las regaderas, los prados con las vacas, las acampadas en la sierra, el río .. y tantos amigos que hicimos en esa época. Nuestras vidas y la de Ana (hija de Marcelina) se cruzaron en ese momento.
Éramos unos niños pero recordamos con cariño aquellas tardes merendando en Llano Alto y subiendo a los cerezos, la lumbre siempre encendida en la cocina y los animales en el prado.
Cuando Marcelina murió nuestros padres compraron la casa, la reformaron cuidando cada detalle y la casa se convirtió en lo que es hoy. Un proyecto de mis padres, un proyecto de familia, un lugar para reunir a todos y disfrutar de la naturaleza.
Ahora somos la siguiente generación y, además de disfrutarla nosotros, hemos decidido empezar esta nueva aventura. Creemos que es un lugar estupendo para pasar tiempo en familia o con amigos, que el enclave es inmejorable y que la comarca ofrece muchas posibilidades para pasar unas buenas vacaciones.
Esperamos que os guste y os animéis a conocerla ¡!
Y ¿por qué La Higuera?
Porque entre los castaños, cerezos y demás frutales, en el prado encontraréis una higuera.
Una higuera que plantó nuestro padre.
Una higuera que llegó de las Islas Pitiusas para crecer en tierras salmantinas.
Una higuera que si llega a ser centenaria dará sombra y cobijo como las de allí.
Una higuera distinta a los otros árboles de la finca.
Gracias Nuria y JP por vuestro apoyo incondicional y por estar ahí siempre, sin vosotros este proyecto no habría sido posible.